Así es como las mujeres se consideran más atractivas cuando tienen atributos relacionados con la fertilidad y la juvenud y los hombres, cuando disponen de características de dominancia, fuerza y alto status social. De esta forma las personas físicamente atractivas son consideradas como más persuasivas, con más factibilidad de ser elegidas como parejas para "salir", con más habilidades sociales que aquellos menos atractivos, como más apoyados socialmente, como mejores emisores de claves no verbales, se los ve mejor adaptados, son más deseables, más exitosos, son vistos como más competentes, producen mejores impresiones y son visualizados como menos propensos a desarrollar enfermedades mentales y también tendrían relaciones más satisfactorias en el plano romántico.
Una cosa importante que hay que tener en cuenta es la de la autoimagen corporal. La manera de percibir las cualidades y atributos físicos que se tienen de uno mismo es fundamental. Se ha dicho no sin razón, que lo importante no es tanto el atractivo físico en sí, propiamente dicho, sino más bien como nos sentimos con nosotros mismos. La autodiscrepancia y la insatisfacción física refleja el estado de disparidad entre los atributos físicos autopercibidos y los estándares sociales internalizados. De esta manera la imagen del cuerpo que tenemos de nosotros mismos y el ideal de belleza que consideramos como valedero, al estar en discrepancia producen un estado permanente de insatisfacción, tanto por el nivel de comparación social con los demás, como por el nivel de aceptación de nosotros mismos, lo que en su conjunto determina la autoestima de la persona.
Atractivo físico y relaciones sociales
El atractivo físico, como ya se dijo, es fuente de grandes influencias sociales, que en la vasta mayoría de los casos operan a favor de la persona considerada físicamente atractiva, según los cánones de belleza en la cultura que se encuentra. Es así, como los jurados en EE.UU, en lo relativo al acoso sexual cuando el culpado es un hombre que posee características consideradas atractivas físicamente y la víctima carece de ellas, el primero resulta menos inculpado por parte del jurado, que cuando la situación es inversa: un acosador poco atractivo y una víctima bella. Así mismo, en otros delitos, los jueces americanos eran menos propensos a encontrar a los defendidos culpables cuando estos eran físicamente atractivos. Sin embargo, esto variaba de acuerdo al tipo de crimen cometido. Así, los inculpados que eran considerados físicamente atractivos recibian un notable menor castigo que aquellos poco atractivos en los crímenes de robo, violación y engaño, pero recibían mayores castigos que aquellos físicamente poco atractivos en el homicidio negligente. Se cree que esto se debe a que las personas tienen expectativas más altas puestas sobre personas físicamente más atractivas, por lo tanto cuando fallan ante estas expectativas se las castiga más duramente.
El atractivo físico también es un elemento que favorece el acceso a diversos escenarios sociales como por ejemplo, el hecho cierto de que una persona atractiva tiene mayores posibilidades de ingresar a un bar y beber, aún siendo menor de edad, con menor probabilidad de que le sea pedida su identificación; por el sólo hecho que los trabajadores del lugar al permitirle acceder y a beber creen que tendrán mayor acceso de interactuar con esa persona que ellos consideran físicamente más atractiva.
En cuanto a liderazgo una persona será considerada más exitosa, con mayores habilidades sociales, ambicioso y competente cuando es físicamente atractivo, por lo tanto, el atractivo físico cumpliría un rol importante en la elección del líder; lo que se traduce en una profecía autocumplida, lo cual lleva al líder, que en un principio fue elegido por su atractivo físico a ser un individuo efectivo.
Atractivo físico y autoimagen
La preocupación por la imagen corporal es mayor en mujeres jóvenes que en mujeres mayores y hombres. Compararse con ideales muy elevados puede ser devastador ya que puede llevar a sentimientos de poca valía personal y desarrollo de desórdenes alimenticios, además es muy importante que el ideal de belleza que tenga una persona esté relacionado con un nivel de belleza que corresponda al grupo al cual pertenece, para así evitar una comparación poco realista que tenga un efecto negativo sobre la autoestima del sujeto, por otro lado, un alto nivel de autoestima proveerá una protección general frente a un ideal de atractivo físico muy elevado y poco realista lo que hará que la persona tenga una mejor evaluación de sí misma al compararse con ideales más alcanzables.
Actualmente, los ideales de belleza cambian según los dictámenes de la moda. La influencia de la exposición a la publicidad va a depender del nivel de autopercepción de los sujetos, por lo que la influencia de la publicidad será mayor sobre las personas con alta autopercepción de sí mismas.
Cuestiones relacionadas con el atractivo físico
Se ha descubierto que afectos positivos están catalogados como más atractivos que los afectos negativos, tanto en la expresión facial como en la voz. Afectos dominantes son catalogados como más atractivos que los afectos sumisos en la expresión facial, pero este efecto se da de forma inversa en lo referente a la voz, esto es, aquellas voces sumisas parecen ser más atractivas que aquellas dominantes.
Otra cuestión relacionada con el atractivo físico sería aquel que se refiere a una imagen saludable, sin embargo, lo que se entiende por imagen saludable muchas veces no corresponde a verdaderos estados de óptima salud. Esto, claramente visto en la percepción que se tiene del bronceado en la piel, puesto que, este factor está tipificado como ser una expresión de salud, sin embargo, este bronceado puede traducirse en cáncer a la piel y en envejecimiento prematuro. Se han realizado encuestas que arrojan que el 66% de la población joven piensa que ellos con un bronceado se ven más sanos aunque sólo el 18% de ellos cree que una persona bronceada es más sana.
Investigaciones posteriores demuestran que las personas que están bronceadas son consideradas más físicamente atractivas, populares y sexy que aquellas que no están en esa condición, existiendo una preferencia por un bronceado mediano sobre uno débil, con una clara menor preferencia para un bronceado oscuro y una ausencia total de éste. Las razones para no considerar al bronceado oscuro como muy atractivo pueden deberse a que se han internalizado en la población los efectos nocivos de los rayos ultravioleta.
Dentro de este mismo tema, en el cual se relaciona el atractivo físico con una imagen saludable, investigaciones confirman la presencia o ausencia del patrón masculino de la pérdida del cabello, dado que éste tiene un gran impacto en la primera impresión por parte de hombres y mujeres. En términos generales los hombres calvos, jóvenes o viejos, son percibidos como menos deseables física, personal y socialmente, puesto que la calvicie puede hacer ver más viejo al hombre joven, mientras que el hecho de conservar el cabello puede llevar a preservar una imagen juvenil en el hombre mayor.
Se diseñó una investigación para determinar en qué medida los sujetos pueden influenciar sus niveles de atractivo físico, centrándose específicamente en el uso de maquillaje y el uso de la postura. Se vio que la estructura física es tan importante como la estructura facial al momento de establecer juicios sobre niveles de atractivo físico, se demostró, por lo tanto, que hay pautas en la forma de actuar que influyen sobre los juicios de belleza y que son casi tan importantes como los factores estructurales.
Por otro lado, se vio que establecer relaciones interpersonales pueden influir y cambiar los juicios sobre atractivo físico, viéndose que el efecto: "la belleza se encuentra en el ojo de la persona que la ve" es verdadero. Se puede concluir de esta investigación que las estrategias de autopresentación (maquillaje), como las personas se mueven y como interactúan con otros influirá muchísimo sobre los juicios de atractivo físico.
Otra cuestión que gravita sobre el atractivo físico es la percepción de edad, se vio que hay una alta correlación negativa entre edad y atractivo físico entre mujeres (a mayor edad menor atractivo físico), pero esta correlación disminuye en la medida que las mujeres que enjuician son mayores. No se vio una correlación entre la edad y el nivel de atractivo físico en hombres. Además, quedó de manifiesto que los hombres prefieren a las mujeres más jóvenes, que para enjuiciar a una persona joven como una persona poco atractiva las personas se centran en señales ligadas a edades mayores (arrugas, pieles menos tersas, pelos menos brillantes, y demás) y que para valorar a personas mayores como atractivas las personas se centrarían en señales de juventud. Finalmente, se puede decir que las personas jóvenes enjuiciaron como menos atractivas a personas mayores y que las personas mayores emitían juicios más favorables sobre personas de similares edades.
Atractivo físico y diferencias de género
En cuanto al atractivo físico y las diferencias de sexo se podría decir que la vasta mayoría de las mujeres desean ser más delgadas, discrepancia en la autoimagen que contribuye a la prevalencia de los trastornos alimenticios. Por otra parte, la mayoría de los hombres quieren un peso diferente, el que puede ser menor o mayor al que actualmente poseen, dentro de este punto se ve que muchos hombres están descontentos con su musculación y quieren tener una constitución más mesomórfica (atlética). Cuando los hombres aspiran a ganar peso lo que ellos buscan es un aumento del peso muscular. Finalmente, estudios sobre el peso con relación a los ideales del sexo opuesto han revelado que cada sexo posee una inadecuada percepción de lo que el otro sexo prefiere descubriéndose que el otro sexo es menos extremo de lo que se cree. Algunos estudios han destacado que la altura es más importante para los hombres que para las mujeres, aventajando al hombre alto por sobre el bajo, sin embargo, otros encontraron que solamente el 20% de los hombres estaban descontentos con su altura.
En lo referente al tamaño del pecho los estudios descubrieron que aunque los hombres prefirieron un busto más grande que las mujeres, un tamaño promedio era más atractivo para ambos sexos. Investigaciones muestran que ambos sexos preferían tener un pecho más grande que el que ellos tenían y ambos sexos creían que el otro sexo prefería un pecho más grande en el sexo opuesto.
El color de ojos ideal aparece en investigaciones como congruente con el color de ojos propio, sin embargo, el 82% de los hombres y el 81% de las mujeres asumen que el sexo opuesto los prefiere azules. En cuanto al color del cabello se encontró que independientemente de que tengan un color natural o artificial, el 79% de las mujeres prefirieron hombres morenos y dentro de los hombres el 69% de los morenos las prefieren morena mientras que el 69% de los rubios las prefieren rubias.
Otra diferencia de género que se ha observado es referente a la imagen corporal, la cual se refiere a como la gente piensa, siente y se comporta frente a sus propios atributos físicos. La imagen corporal contaría con tres facetas: la evaluación (satisfacción o insatisfacción frente a la propia apariencia), el afecto (experiencias emocionales que las evaluaciones provocan en distintos contextos) y la inversión (preocupación por el manejo de la imagen). Frente a esto surgirían las siguientes diferencias de género: relativo a los hombres las mujeres muestran una evaluación de imagen corporal más negativa; invierten más en su imagen y presentan con mayor frecuencia un malestar frente a su imagen. También las mujeres presentan mayores discrepancias entre su yo ideal y su yo real, en lo que a proporciones del cuerpo se refiere (musculatura, piel, peso y demás); los hombres y mujeres que presentan un descontento similar frente a su cuerpo invierten de igual manera para mejorar su apariencia física. La insatisfacción con el cuerpo aumentaría después de los veinte años en las mujeres y en los hombres aún no se ha determinado una edad.
Finalmente, se puede destacar como un punto importante el peso frente a las diferencias de género, por lo que se puede ver que las características físicas van a ser importantes frente a la comparación con otros. Las mujeres obesas, en orden jerárquico presentarían las siguientes características: en el ámbito sexual son consideradas como significativamente menos atractivas, menos deseables como parejas, poseerían menos habilidades sexuales, serían menos cálidas sexualmente y tendrían menor respuesta sexual; por lo que muchas veces pueden ser percibidas como vírgenes, con menores posibilidades de tener una pareja sexual estable y experimentar deseo sexual. A su vez, los hombres obesos, en orden jerárquico, presentan las siguientes características: sería menos probable que tuvieran una pareja sexual, son considerados significativamente menos atractivos en el ámbito sexual y son menos deseados como parejas.
La comparación en el aspecto sexual es mayor entre las mujeres obesas y de peso normal, que entre los hombres obesos y de peso normal. Las mujeres con sobre peso incorporarían al peso como parte de su autoconcepto, creyendo que este interferiría con sus actividades sociales, pensando así que las negativas sociales que reciben están en función de su peso y tienden a tener una menor autoestima y una mayor visión negativa sobre sí mismas con relación a una persona de peso normal, concluyendo así que las mujeres obsesas se ven a sí mismas como criaturas asexuales incapaces de atraer y satisfacer a una pareja sexual.
Conclusión
A través de todo lo que se ha expresado sobre el atractivo físico en este trabajo, se puede concluir que el atractivo físico es una construcción social determinada culturalmente y que varía según las pautas de estética y las tendencias de la moda que influirán sobre el establecimiento de relaciones sociales, el sentido de la propia autoimagen y juicios sobre la imagen corporal que se reciben, así como sobre conductas que se presentan y por último se vio que hay diferencias de género en cuanto al tema.
La influencia del atractivo físico sobre las relaciones sociales queda de manifiesto al verse que las personas consideradas más atractivas tendrán más acceso a ciertos lugares, a ocupar ciertas posiciones dentro de un grupo (liderazgo) y a ser juzgados más favorablemente y ser castigados menos duramente en general y particularmente frente a algunos crímenes.
Con relación a la autoimagen se plantea que es necesario que las personas tengan un ideal de belleza realista para que estén conformes consigo mismo y que las personas con alto nivel de autoestima son más susceptibles a la comparación social y a la influencia de estereotipos publicitarios.
Dentro de las conductas que se presentan en relación al atractivo físico se vio que el broncearse, el maquillarse, la postura, la manera de relacionarse con otros y el mantener un peso adecuado serían determinantes al momento de enjuiciar el nivel de belleza de los sujetos.
En lo que a diferencias de género se refiere se pudo ver que los conceptos que tienen las personas sobre su propio sexo son mucho más extremistas que lo que en realidad el sexo contrario considera como atractivo y que en general las personas prefieren rasgos físicos similares a los propios al momento de establecer juicios valorativos de atractivo físico.
Finalmente, se puede decir que el atractivo físico influye sobre el establecimiento de relaciones humanas y que tiene un efecto importante en la formación de la autoimagen personal.