sábado, mayo 13, 2006

Hombres casados (2)

Segunda parte
En el Hotel –aquí está el secreto de la cosa- conviene como dice el viejo refrán español: "No quemar las naves". No es bueno entrar allí de lleno a plantear el swinger y no lo es por varias razones que paso a enumerar: 1) La mujer no es como nosotros. Uno cuando entiende racionalmente algo lo expresa, lo formula y lo defiende. Incluso es capaz de discutir y sostener la opinión en términos de carácter conceptual. En la mujer es al revés. No tiene importancia lo que diga, lo que importa es comprender que cosa está sintiendo en ese momento. Ese es el error de los hombres, tomarse en serio un rechazo o una opinión. 2) Al dejar de incógnito el objetivo básico, queda suspendido en el ambiente, subyacente, un cúmulo de impresiones sensoriales sugeridas que es fundamental para trabajar la imaginación femenina. El hombre lo que le dicen lo tiene en cuenta y actúa, la mujer en cambio está acostumbrada desde niña a interpretar gestos, miradas, sonrisas, cosas subyacentes; es muy dependiente de la mirada del padre, de la madre, del hermano, de la hermana, de las amigas, de los amigos. Vive con las antenas paradas todo el tiempo observando y tratando de decodificar el mensaje subrepticio de la comunicación no verbal humana. Esto la vuelve dependiente y le impide autonomía de criterios, por un lado, pero por el otro lado la hace buena observadora y escrutadora de todo lo que está ocurriendo a su alrededor. Basta que tu mires a una mujer de reojo, para que ella, inmediatamente se de cuenta que la estas observando, en cambio a ti, más de una mujer te ha mirado fijamente y ni cuenta te has dado, puesto que estabas todo ese tiempo con la cabeza en un tema serio. 3) Cuando llegue el momento y te diga, ¿qué es lo que me querías decir acá que no se puede decir en casa? Conviene que cuentes una historia de infidelidad real, trágica, sado-masoquista, algo que es justamente lo que tu no quieres que ocurra: que un tercero se interfiera en tu vida y obstruya las áreas propias y privadas de la pareja, para que quede claro, que una cosa es solo sexo y otra tener rollos emocionales en las relaciones. 4) Conviene que la lleves del hotel a un cibercafé y le muestres las páginas de swinger, diciendo: "te las muestro nada más que para que veas aspectos de la época actual que a veces uno por estar siempre en otros temas no suele considerar ni percibir". Prepara lo que vas a mostrar. No cometas la torpeza de mostrar avisos en dónde estas tu pidiendo un trío. Lo que vas a mostrarle es algo que tienes que tener preparado.
Aquí conviene tener en cuenta una cosa que es importante al respecto. Una vez entro en una página Web swinger, la miro, la observo. Para mí esa página no decía nada importante que yo no supiera ya, es más me parecía simplista y trivial, con cosas que al verlas decía para mí: "¿y eso que importancia tiene?. Masajes. Distintas posiciones sexuales, lo único que importa acaso es la vivencia personal, lo que esa pareja cuenta de cómo se fueron ellos iniciando". Al entrar en el Libro de Mensajes, me encuentro que muchísimos hombres felicitaban a esa página Web porque gracias a ella habían podido convencer a la mujer y esto lo vi, también en páginas Web de otros países, que al mirarlas digo para mí: "son temas baladí, incluso fuera del núcleo del asunto" y al entrar en los mensajes que recibían había muchísimas felicitaciones de maridos contentos porque gracias a esa página habían podido convencer a su esposa. Esto lo note personalmente y lo pude registrar con mis ojos.
Conviene que elijas esas páginas Web, aquellas en dónde hay mensajes de maridos contentos felicitando, aunque esas páginas para ti, no valgan especialmente nada. Porque esas tienen algo que llama a la imaginación femenina: las posiciones sexuales, el masaje erótico, un artículo sobre la fidelidad, los 10 mandamientos swinger, por ejemplo. No importa cuánto tu estés de acuerdo con la construcción, performance y criterios de esa página, lo que importa es observar la reactividad de ella en una página que tuvo la virtud de convencer al menos a una mujer. Quiere decir que hay allí algo que está bien, está en la psicología femenina.
Luego comes algo, como se debe comer, bien despacio y mirándola a ella como si te la fueras a comer. Algo nuevo, que no has hecho antes.
Haces el amor y al volver al otro día a tu casa vas a notar como esa relación se purificó y mejoró notoriamente.
Si eres inteligente, es decir esencialmente infiel, tienes ganada la partida, porque no es nada improbable que ella te haga ver que en realidad sabía las cosas y no era ninguna tonta. Te lo hace ver porque le gusto mucho. Es bueno incluso decirle en el Hotel, antes de que eso ocurra: "entendes ahora lo que pasa con el tema de la infidelidad; todos sabemos que es mala, pero tiene un atractivo muy grande y en gran parte es esto, es estar con alguien fuera del mundanal ruido, el estress y las tensiones familiares. Eso, independientemente del sexo, es impagable, es terapia. Después te dicen que la infidelidad es mala: desde un punto de vista es así, pero evidentemente el atractivo de estar en un Hotel juntos está más allá de lo meramente sexual". Es probable que te abrace y no quiera que hables. Lo acepta porque siente cosas nuevas allí, en otro contexto tendrías una discusión de novela. Decirle por ejemplo: "el swinger es esto mismo, con todo lo bueno de la infidelidad, pero abolida, son escapadas como las de hoy, solo que dos parejas que intercambian. Es igual a lo que estamos haciendo nosotros, a todos los efectos.", puede no dar el resultado esperado, puesto que es una forma muy racional de querer dar a entender las cosas. No es lo mismo tratar de hablar y convencer racionalmente, que entender esto en un cuarto de Hotel, juntitos, piel con piel, cariñosamente. Hay que cuidar lo que se dice: No cometas el error de sincerarte, conviene que siga flotando la duda, que siga sin saberse bien que es lo que querrás: son observaciones simplemente, opiniones generales de las cosas, criterios, juicios, esas cosas que se dicen, no se sabe bien porqué, solo porque el estado de ánimo propio en ese momento era así. Si mañana te recrimina un juicio, decíle: "No des importancia a lo que dije, me dio cosa y me salió esa opinión".
Ella es probable que te diga: "Vos me llevaste al cibercafé, porque querés convencerme de eso", y tu contestas simplemente: "Es probable que así sea". Son técnicas de control femenino al hombre: si tu dices "Si, quiero convencerte", ella entonces te corta: "Conmigo te equivocaste, soñas despierto", si dices: "No, no quise convencerte, quise mostrarte simplemente", estas mintiendo y salta a la vista, si en cambio dices: "Probablemente haya algo de eso", cortas la manipulación femenina y dejas flotando un quizás, un tal vez, un puede ser, pero siempre acariciando y besando, mimando y dando afecto. Eso es fundamental, que el sentir de ella, neutralice su oposición interior.
Lo que viene de aquí en más corre por cuenta de ella: pero una cosa es cierta, así manejado, con prudencia y tacto, hay un antes y un después de ese día. Le va a trabajar la cabeza, vas a vivir situaciones nuevas con ella, en dónde ha de ejercer un control mayor para contigo. Si eres infiel, tienes ganada la batalla al swinger, porque las mujeres cuando ven que algo es muy lindo y no tiene todo lo feo que les parecía les trabaja una comezón interior muy grande y toman entonces la delantera y son ellas las que quieren más. De lo que se trata, precisamente, es de abolir la infidelidad ¿verdad? Por eso hay que ser antes infiel, ¿quién va a abolir lo que nunca sucedió? Si en cambio eres fiel te va a ser más difícil y complejo, va a celarte, va a tratar de controlarte, se va a excitar y va a comenzar a utilizar mecanismos de control y chantaje femenino más sofisticados.
Estos son consejos para hombres casados inteligentes.

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